sábado, 4 de diciembre de 2010

Amor 100% Animación



Espero que todos vosotros conozcáis Futurama. Son unos dibujos animados creados por Matt Groening y otros cuantos genios de este mundillo. Es una serie que está ambientada en un puñado de años después de la era actual, todo muy futurista, con marcianos, peleas intergalácticas, robots y tecnología puntera.

Después de cuatro temporadas y numerosas críticas se canceló el proyecto. Craso error en mi opinión: estoy un poco cansado del puritanismo que reina en ciertos sectores, sobre todo en los dibujos animados. Entiendo que no son aptos para niños por muchas cosas que contienen pero, los dibujos dejaron de ser para niños hace tiempo. Además, lo único que intentan es criticar la sociedad, denunciar verdades como puños y hacerlo con una sátira, ingenio e inventiva lejos del alcance de muchas mentes.

Pero afortunadamente el público habló y pidió más. Se consiguió reactivar la serie y lo hicieron con cuatro películas en forma de continuación. Hoy os presento la primera de ellas, El gran golpe de Bender. Todas ellas son dignas de ver aunque elijo ésta porque es la más profunda, la más completa y la más divertida, todo al mismo tiempo. Y para mí, respira AMOR.

Obviamente, en una película de Futurama priman las risas. Hasta ahí genial, porque todos nuestros personajes preferidos de la serie, están inmensos aquí, sobre todo Bender, que es bastante co-protagonista en esta película, y el porcentaje de tiempo en escena es altísimo. Cada escena es una carcajada. Todo lo que le pasa a Hermes es muy divertido, ya que cuenta con la inestimable ayuda de Zoidberg, y por si faltaba algo, el profesor Farnsworth está más demente que nunca.

Se introduce un personaje clave: LARS. Pongo su nombre en mayúscula porque es la base de la historia. Se interpone entre Leela y Fry, y eso es algo que yo no puedo soportar (ahora explicaré la razón). La película se convierte en un correveidile de viajes en el tiempo, atrás, adelante, más atrás, atrás en el tiempo y muy adelante. Es un batiburrillo de sensaciones que hacen que una película de animación tenga una trama tan compleja que sólo por eso ya merezca un premio. Futurama es así. Llena de mensajes, siempre, indirectas a la sociedad norteamericana, indirectas a políticos e indirectas MUY DIRECTAS a aquellos que viven como no deberían vivir.

Pero lo que más me gusta es la increíble recopilación de detalles de la serie. Una colección reminiscente que hace latir la serie en una hora y media de película. Miles de referencias, miles de anécdotas ocurridas durante las cuatro temporadas y aquí reflejadas en milisegundos. Y por supuesto no se podían olvidar de la base de la serie: El amor de Fry por Leela. Francamente impresionante. Siempre me ha parecido un amor verdadero, profundo y puro. Me da igual que Fry sea medio idiota, me da igual que Leela sea cíclope, me da igual que el destino se empeñe en separarlos. Fry ama a Leela, por encima de todas las cosas.

Y ahora viene el punto fuerte de la película. Me niego a contarlo, a desvelar qué es lo que pasa, si alguien tiene el mínimo interés y le gusta lo que representan Fry y Futurama, lo verá. Pero aseguro que el desenlace entre el triángulo amoroso Fry-Leela-Lars es tan, tan inesperado, tan sorprendente, que sólo por eso merece la pena contemplar el FUEGO de la pasión que lo quema y lo cambia todo.

Parece una tontería, pero me apasiona la forma en que Fry ama a Leela. Y ni en mis mejores sueños podía imaginar una culminación tan original a su historia. Esto es una película para empezar riendo y acabar llorando. Para dejarse emocionar por la perseverancia de Fry, y por todo lo que significa el amor, animado, en dibujos, y tan real como la vida misma.